Vino Monte Perdido
La altitud hecha vino.

Nace en las cumbres donde solo el viento y la paciencia moldean el carácter. Creemos en vinos que guardan el silencio de las montañas, con una pureza mineral y una tensión vibrante que solo las alturas pueden entregar.

En Vino Monte Perdido, cada cepa lucha contra el frío y el cielo. Uvas de maduración lenta en viñedos extremos, fermentaciones con levaduras autóctonas y una crianza en acero que preserva su esencia glacial. El resultado: vinos verticales, con acidez eléctrica, aromas a hierbas de roca y una persistencia que parece tocar las nubes.

Porque los grandes vinos, como las cumbres, se conquistan con respeto.